
La buena noticia es que hay sitios en los que puedes desconectar, descansar durante un momento y recargar las pilas para volver al ataque fresca como una rosa.
Uno de ellos, recién inaugurado, se llama Slow Life House (91 277 20 04). Lo mejor de él es, sin duda, su alma mater, Rocío Mariscal, una mujer cálida, acogedora, de esas personas que vale la pena conocer y que ha conseguido algo muy difícil: hacer que te sientas realmente bienvenido, en el máximo sensido de la palabra. De su mano, su increíble experiencia y saber hacer surge un centro con una interesantísima propuesta de tratamientos corporales y faciales, pero de ellos prefiero hablar en otro momento. Ahora quería destacar un detalle que marca la diferencia: sus clientas pueden disfrutar de los espacios comunes del centro para desconectar por un rato, mientras toman un café o un refresco al tiempo que utilizan los Ipads que ha puesto a su disposición.
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