Las manos son uno de los grandes hitos de la evolución del ser humano: nos permiten acariciar, expresarnos, entrar en contacto con los demás, escribir, trabajar, cocinar... Sin embargo, a la hora de programar nuestros cuidados de belleza, no les prestamos prácticamente atención. ¡Error! No sólo porque una manos bonitas son siempre agradables, sino porque son unas grandes delatoras de la edad.
El primer paso consiste en exfoliarlas ligeramente una vez a la semana, eliminando las células mueras que impiden que respiren bien. Rituals tiene un tratamiento específico de manos, a base de ginseng y ginkgo biloba, que es una maravilla: tienes que empezar a utilizarlo con las manos secas, exfoliando con cuidado toda la piel. Luego, cuando lo enjuagues con agua tibia, se convierte en un jabón superhidratante que deja las manos perfectas.
El segundo gesto imprescindible es, por supuesto, hidratar. Algo que debes acostumbrarte a hacer varias veces al día. Para que te resulte más cómodo, procura tener una crema de manos cerca: en el bolso, en el baño, en el cajón de tu mesa de trabajo... Aplícala sobre el dorso de las manos y frótalas entre sí. Después, ve dándote un masaje dedo a dedo, terminando cruzándolos bien para que se extienda perfectamente por toda la superficie.
Un mimo más: por la noche, utiliza una crema nutritiva y duerme con unos guantes de algodón ¡por la mañana tus manos serán otras!
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