Una de las mejores cosas de trabajar como periodista de belleza es que tenemos la oportunidad de probar, de primera mano, los últimos tratamientos y de la mano de los mejores profesionales. Eso es lo que he hecho esta mañana. Tenía cita, a las 10, en Chi Spa, en Conde de Aranda. Lo conozco desde hace ya diez años, cuando se inauguró, y en todo este tiempo ha sabido convertirse en uno de los referentes en todo lo que se refiere a nuevos productos y tratamientos procedentes de todo el mundo.
Hoy he probado uno que me ha parecido muy interesante y por eso os quiero hablar de el. Se llama Rejuvenate, y es de Intraceuticals. Consiste en hacer llegar ácido hialurónico a las capas internas del cutis. El ácido hialurónico es una molécula que tenemos en la piel y que funciona como una esponja, absorbiendo agua y llevándola a las células; así consigue no sólo que la piel esté hidratada sino que todo el sistema dérmico funcione bien y, lo que es también muy interesante, va "rellenando" la piel, con lo que reduce las arrugas, las líneas de expresión... Es la bomba, vamos, y por eso se utiliza muchísimo en los tratamientos y los productos de belleza.
Lo novedoso del protocolo de Intraceuticals es que utilizan oxígeno para hacer llegar nanopartículas de hialurónico lo más profundamente posible. ¿Cómo? Utilizan una especie de pistolita, como un bolígrafo, que va aplicando el ácido hialurónico por la piel, y luego suelta como una nube de aire (el oxígeno), que lo envuelve, formando esferas diminutas que consiguen atravesar la piel y rellenarla desde el interior. Es una opción interesante para quienes buscan tratamientos más intensos para sus arrugas pero no quieren recurrir a los pinchazos; para preparar la piel antes de algún acontecimiento especial o, incluso, antes de tratamientos más intensivos, como peelings o láser.
Primero me han hecho media cara, para que viera el efecto, y la verdad es que se veía más lisa, y sobre todo con menos ojeras. Los efectos se notan con el paso de las horas, y para lograr los mejores resultados hay que darse unas 6 sesiones, una vez a la semana cada una.
Por cierto, un consejo: cuando vayáis a recibir un tratamiento facial hay varias cosas que debéis tener en cuenta. La primera, ir bien depiladas. Si, porque en algunos centros te dan un masaje en las piernas, los pies, las manos y los brazos mientras hace efecto la mascarilla que te ponen en la cara, y puedes sentirte algo incómoda si sabes que tienes las piernas poco "visibles".
Otro más: es posible que te manchen el pelo. Aunque lo recogen con cintas o gorritos, es prácticamente inevitable que algo de producto no llegue al pelo; y como encima lo has tenido recogido con la goma y demás durante un rato largo lo más probable es que, cuando te mires en el espejo, lo tengas hecho un desastre. Así que procura llevar siempre un peine, un cepillo y algún accesorio que te ayude a darle algo de gracia ante de salir a la calle de nuevo.
Y ya el último: evidentemente sales de la cabina con la cara deslumbrante, pero sin rastro de maquillaje. Si eres como yo, de las que no puede cruzar el portal sin una buena capa de "chapa y pintura", asegúrate de llevar en el bolso algún aliado salvavidas. Eso sí, asegúrate antes de que puedes maquillarte, porque hay tratamientos que abren mucho los poros o dejan la piel algo sensibilizada y es mejor esperar un poco antes de recurrir a las pinturas. De todas formas, con un toquecito de lápiz de ojos y de máscara de pestañas, junto al imprescindible pintalabios ¡tendrás suficiente!
Me vuelven loca los perfumes, me apasiona el maquillaje y no puedo resistirme a probar todas las cremas que caen en mis manos. Además, tengo la buena suerte de trabajar como periodista de belleza. He creado este blog para comentarte mis descubrimientos, compartir contigo los trucos que conozco y, sobre todo, contarte cómo es el día a día en el universo "beauty".
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