lunes, 17 de diciembre de 2012

Luz y fragancias

Con ese título ¿de qué puedo hablar? De velas, claro. Pero no de cualquier vela, sino de algunas más especiales de lo habitual y que pueden venir bien para regalar o para crear un ambiente un poco diferente estos días. Reconozco que esto de las velas me viene desde  hace relativamente poco: es una costumbre que me pegó una buena amiga, que siempre tenía alguna encendida por su casa. Y ahora cada vez que enciendo una, me acuerdo de ella.

Una de las firmas quizá con mas tradición en lo que se refiere a velas es Cire Trudon: empezó a fabricarlas nada menos que en el siglo XVII, y era la encargada de surtir a la corte francesa. Tantos siglos de historia les ha permitido hacerse con muchos datos interesantes, como el contar con una cera vegetal única, que hace que duren muchísimo y, sobre todo, que desprendan un olor muy especial. Más cosas: las mechas son de algodón puro; cada vaso está fabricado artesanalmente en Italia; y cuando vas a comprarlas, te encuentras con que las muestras están protegidas -y sin encender, claro- bajo unas enormes campanas de cristal. Para estas navidades, ha creado la Grande Bougie Nazareth, una enorme vela -pesa cerca de tres kilos y aguanta encendida unas 200 horas- de clavo, canela, incienso y naranja. Pero lo que hace especial a esta vela (además de su precio, algo más de 300 euros) es que parte del dinero de su venta va dedicado a proteger a las abejas, a través de la asociación Terre d'Abeilles, fundamentales no sólo para poder fabricar velas sino porque de ellas depende el futuro de 84% de los cultivos europeos. De nuestra comida, vamos.

Otro clásico en esta época son las propuestas de Diptyque, que este año ha vestido sus velas con un estampado inspirado en los dibujos geométricos de los kilims orientales. Además, gracias a su diseño especial, parece que cobran vida cuando se enciende la vela que hay en su interior. Sus olores son también muy originales: Sapin Doré, en tonos verdes, huele a pino y artemisa; Oud Ambre, roja, a azafrán, jengibre y madera de oud; y Olivan, en azul intenso y violeta, une olívano (incienso), limón, mirra y vetiver.

Rituals se ha centrado en intentar combatir el frío del invierno a través de las notas que va desprendiendo su vela en edición limitada: Sacred Fire. Para ello, ha mezclado pachuli y madera de cedro.

¿Algo aún más original? En Achica tienen las velas del británico Kenneth Turner, autor de perfumes que han marcado hitos en la historia de las fragancias como "Original". También es proveedor real, en este caso del príncipe de Gales, para el que crea velas aromáticas y perfumes de hogar. Sus propuestas para esta temporada: Winter Berries, que recuerda a las bayas rojas, la naranja y la lima; White Fores, con tres mechas y un olor que recuerda a un abeto; y una vela de flores blancas, en la que mezcla freesia, jazmín y lilas. 

Más velas: Las de Abanico Spain. Como su nombre dice ya, se trata de una firma española pero asentada en Francia, que ha decidido fabricar velas con nombre español e ingredientes también muy ligados a nuestros ambientes: naranja de Sevilla, menta y canela, limón y nuez moscada, almendras...

1 comentario:

  1. Tan sencillo como encender una vela y llenarme de sensaciones. Me relaja ver bailar la llama y perderme en las luces de colores que proyectan a través de los fotóforos de cristal. Creo que suplen no tener chimenea. Me hacen ponerme feliz!

    Rose

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