Estoy convencida de que reír es tan importante como dormir, o más, para tener un buen aspecto. Y, sobre todo, hace que todo sea mucho más llevadero y agradable. Lo compruebo personalmente cada vez que puedo, porque intento estar del mejor humor posible y cuando las cosas se tuercen o tengo un día tonto busco películas divertidas, series o programas que me hagan gracia, como "El Club de la Comedia" o "Yu: Note pierdas nada" o "exprimo" a mis hijas, que son la mejor fuente de carcajadas que tengo cerca.
El otro día, sin ir más lejos, vi en un capítulo de "Perdidos en la ciudad" cómo llevaban a unos suris -una tribu etíope que vive en unas condiciones muy duras, lo que les hace estar siempre alerta y preparados para la lucha- a un taller de risoterapia. Allí, el jefe suri, serio hasta lo indecible, conseguía soltarse y sonreír. Una transformación total.
De hecho, la risa tiene muchos beneficios: es un auténtico masaje natural para la cara; relaja todos los músculos del cuerpo; aumenta la oxigenación de la sangre; reduce el estrés y las tensiones... Hay centros especializados en una forma particular de risa: las cosquillas. Se llama Cosquillearte, y han desarrollado protocolos específicos basados en todo tipo de cosquillas que estimulan las terminaciones nerviosas de la piel. Así consiguen que el cuerpo libere endorfinas, las hormonas de la felicidad, y te sientas bien. Los precios están fenomenal: por ejemplo, el "Momento Expresarte"dura 15 minutos y cuesta 12 euros.
Me vuelven loca los perfumes, me apasiona el maquillaje y no puedo resistirme a probar todas las cremas que caen en mis manos. Además, tengo la buena suerte de trabajar como periodista de belleza. He creado este blog para comentarte mis descubrimientos, compartir contigo los trucos que conozco y, sobre todo, contarte cómo es el día a día en el universo "beauty".
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