
El otro día, sin ir más lejos, vi en un capítulo de "Perdidos en la ciudad" cómo llevaban a unos suris -una tribu etíope que vive en unas condiciones muy duras, lo que les hace estar siempre alerta y preparados para la lucha- a un taller de risoterapia. Allí, el jefe suri, serio hasta lo indecible, conseguía soltarse y sonreír. Una transformación total.
De hecho, la risa tiene muchos beneficios: es un auténtico masaje natural para la cara; relaja todos los músculos del cuerpo; aumenta la oxigenación de la sangre; reduce el estrés y las tensiones... Hay centros especializados en una forma particular de risa: las cosquillas. Se llama Cosquillearte, y han desarrollado protocolos específicos basados en todo tipo de cosquillas que estimulan las terminaciones nerviosas de la piel. Así consiguen que el cuerpo libere endorfinas, las hormonas de la felicidad, y te sientas bien. Los precios están fenomenal: por ejemplo, el "Momento Expresarte"dura 15 minutos y cuesta 12 euros.
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